Estoy enormemente agradecido a Dios que me ha concedido una gracia tan grande que, por mi medio, como intermediario, “pueblos numerosos” han renacido para Dios…: “Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra”… Es así que quiero esperar lo que ha prometido, aquel que no falta nunca a su palabra, tal como nos lo asegura en el Evangelio: “Vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob”. Así confiamos que los creyentes vendrán de todas partes del mundo. Por eso es importante consagrarse a la pesca como es debido y vigilantes, según la exhortación y la enseñanza del Señor que dice: “Venid y seguidme y os haré pescadores de hombres”. Y dice también por los profetas: He aquí que envío pescadores y cazadores en gran número”. Por eso era importante lanzar nuestras redes, a fin de que “una gran multitud [de peces]”, que “una multitud” sea cogida por Dios y que, para bautizar y exhortar al pueblo, por todas partes haya presbíteros, según la palabra del Señor: “Id y haced discípulos de todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándolos a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. (Referencias bíblicas: Ez 38,6; Is 49,6; Hch 1,4; Mt 8,11; Mt 4, 19; Jr 16,16; Lc 5,6; Lc 6,17; Mt 28,19)
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