Domingo, 10 De Noviembre : San Agustín
Si quieres amar a Cristo, extiende tu caridad al mundo entero, porque los miembros de Cristo se extienden en todo el mundo. Si sólo amas una parte, te separas. Si te separas, no estás en el Cuerpo y si no estás en el Cuerpo, no estás bajo la Cabeza. ¿Dices creer y al mismo tiempo blasfemas? Adoras a Cristo en la Cabeza pero lo blasfemas en su Cuerpo. Él ama a su Cuerpo. La Cabeza te grita desde el cielo que es en vano que la honores. Es como si alguien quisiera besarte en el rostro y te aplastara los pies. Alguien con sus duros zapatos te lastima los pies al querer tomar tu cabeza para besarla. Interrumpirías su demostración de respeto gritando “¡Qué haces hombre, me lastimas!”. De este modo, nuestro Señor Jesucristo, antes de subir al cielo, nos ha recomendado a su Cuerpo, por el que él iba a permanecer sobre la tierra. Veía que muchos lo honoraban en su gloria, pero que eran vanos esos honores si despreciaban a sus miembros sobre la tierra.
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team