Domingo, 10 De Octubre : Beato Columba Marmion
Contemplemos a Nuestro Señor que es nuestro modelo en todo lo que queremos realizar por amor. ¿Qué nos enseña su vida? Él ha desposado la pobreza. Él era Dios. (…) Ese Dios se encarna para traernos de vuelta a él. ¿Qué vía eligió? La de la pobreza. Cuando el Verbo debía venir al mundo, él, el Rey del cielo y de la tierra ha querido, en su divina sabiduría, disponer los detalles de su nacimiento, vida y muerte, de forma que transparentase lo más posible la pobreza, el desprecio de los bienes de este mundo. Los más pobres nacen por lo menos bajo un techo. Él ve la luz en un establo, sobre la paja, “porque no había lugar para ellos en el albergue” (Lc2,7). En Nazaret lleva la vida de un pobre artesano (cf. Mt 13,55). Más tarde, en su vida pública, no tiene donde reposar la cabeza, “mientras que los zorros tienen sus cuevas” (Lc 9,58). A la hora de la muerte quiso ser despojado de sus vestiduras y atado desnudo a la cruz. Deja a sus verdugos tomar esa túnica tejida por su madre. Sus amigos lo han abandonado, cerca de él sólo ve al Discípulo (Jn 19,27). ¿No es el despojo absoluto? Sin embargo, encuentra medios de superar este extremo grado de pobreza. También renuncia a las alegrías celestes con las que el Padre celeste inunda su humanidad, al que clama abandono (cf. Mt 22,46). Queda solo, suspendido entre el cielo y la tierra. (…) Al contemplar a Jesús pobre en el pesebre, en Nazaret, sobre la cruz, tendiéndonos las manos y diciendo “es por ti”, comprendemos las locuras de los amantes de la pobreza. Tengamos la mirada fijada en el divino pobre de Belén, de Nazaret y del Gólgota.
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team