Domingo, 15 De Diciembre : Santa Catalina de Siena
Estimado hijo en Cristo, buen Jesús, le ruego aprenda de ese manso Cordero sin mancha a descender siempre, con humildad sincera, para que en cualquier estado, se conserve y aumente su virtud. Al que es humilde, todas las obras espirituales y temporales lo acercan al cielo, porque las ha hecho con la gracia. Sus obras temporales le dan la vida, porque las ha hecho con la mirada fija en Dios. Sus obras espirituales esparcen la fragancia de la virtud delante de Dios y delante de los hombres del mundo. Si es llamado a mandar, difunde el perfume de la santa justicia, ya que el que es humilde no es injusto con su prójimo, no lo desprecia sino que lo ama como a sí mismo. Le ruego, querido hijo, en su presente posición, ejercer justicia con los pequeños como con los grandes, con los pobres como con los ricos. De a cada uno lo debido, teniendo siempre que acompañar la justicia con misericordia. Tengo la certeza que por la bondad de Dios así lo hará. En este apacible Adviento y esta santa fiesta, permanezca junto al pesebre del humilde Jesús. Encontrará a María adorando a su Hijo. Esta pobre viajera, que posee la riqueza del Hijo de Dios, no tiene pañales convenientes para envolverlo. Él, el Fuego divino, el Cordero sin mancha, no tiene fuego para calentarse y son animales que se inclinan sobre el cuerpo del Niño para calentarlo con su respiración. ¿No tendríamos que avergonzarnos del orgullo, de las delicias de los hombres y las riquezas del mundo, al ver a un Dios tan humilde?
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team