Domingo, 17 De Julio : Libro de Génesis 18,1-10a.
El Señor se apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora de más calor.
Alzando los ojos, divisó a tres hombres que estaban parados cerca de él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se inclinó hasta el suelo,
diciendo: “Señor mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu servidor.
Yo haré que les traigan un poco de agua. Lávense los pies y descansen a la sombra del árbol.
Mientras tanto, iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus fuerzas antes de seguir adelante. ¡Por algo han pasado junto a su servidor!”. Ellos respondieron: “Está bien. Puedes hacer lo que dijiste”.
Abraham fue rápidamente a la carpa donde estaba Sara y le dijo: “¡Pronto! Toma tres medidas de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas”.
Después fue corriendo hasta el corral, eligió un ternero tierno y bien cebado, y lo entregó a su sirviente, que de inmediato se puso a prepararlo.
Luego tomó cuajada, leche y el ternero ya preparado, y se los sirvió. Mientras comían, él se quedó de pie al lado de ellos, debajo del árbol.
Ellos le preguntaron: “¿Dónde está Sara, tu mujer?”. “Ahí en la carpa”, les respondió.
Entonces uno de ellos le dijo: “Volveré a verte sin falta en el año entrante, y para ese entonces Sara habrá tenido un hijo”. Mientras tanto, Sara había estado escuchando a la entrada de la carpa, que estaba justo detrás de él.
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team