Domingo, 24 De Octubre : Carta a los Hebreos 5,1-6.
Hermanos: Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
El puede mostrarse indulgente con los que pecan por ignorancia y con los descarriados, porque él mismo está sujeto a la debilidad humana.
Por eso debe ofrecer sacrificios, no solamente por los pecados del pueblo, sino también por los propios pecados.
Y nadie se arroga esta dignidad, si no es llamado por Dios como lo fue Aarón.
Por eso, Cristo no se atribuyó a sí mismo la gloria de ser Sumo Sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.
Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
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