Domingo, 27 De Abril : San Cirilo de Jerusalén

Jesús entrega a sus discípulos al Espíritu Santo para que los acompañe. Tal como está escrito “Sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan»” (Jn 20,22-23). Las faltas voluntarias habían reprimido el primer soplo, por eso el Señor otorga este segundo soplo cuando sube de los infiernos, después de su resurrección. Si entonces entrega su gracia, luego la prodigará más todavía. Cómo si dijera: Estoy pronto para darles toda la gracia desde ahora, pero su recipiente no está todavía vacío. En la espera, reciban la cantidad de gracia que pueden contener, pero esperen mucha más todavía “Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo Alto” (Lc 24,49). Ahora tomen una parte, entonces la tendrán enteramente. El que recibe, con frecuencia sólo puede recibir el don parcialmente. El que es “revestido”, es envuelto totalmente por la vestimenta. Así les dice “Con el escudo de la fe, podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Animados por el Espíritu, eleven constantemente oraciones, tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, la Palabra de Dios (cf. Ef 6,16-18).
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