Lunes, 7 De Abril : Simeón el Nuevo Teólogo

¿Quién puede hablar de ti, Señor? Absolutamente incomprehensibles e inasibles son tus obras, tu gloria y tu conocimiento. Sin embargo, tenemos la esperanza, poseemos la fe y sabemos el amor que nos has dado, infinito, indecible, que nada puede contener. Amor que es luz, luz inaccesible, luz que actúa en todo. Esta luz hace todo, “es” todo. Es encanto y alegría, ternura y paz, misericordia infinita, abismo de compasión. Invisible y la vemos. La comprendemos y no podemos contenerla. Intocable, impalpable, y puede ser aprehendida por mi espíritu. Cuando la poseo, no lo noto, sólo la veo cuando desaparece y me precipito para tomarla pero se va completamente. Entonces no sé qué hacer y me consumo. Así aprendo a pedir con lágrimas de gran humildad. Y a no considerar posible realizar lo que supera la naturaleza, o que sería resultado de mi poder o esfuerzo humano, ya que en verdad todo viene de la compasión de Dios y de su misericordia infinita. (…) Esta luz invita al silencio y enseña la humildad todopoderosa. Cuando permanezco en la luz y devengo humilde, ella también permanece en mí, inseparable, se une a mí y me ilumina, ella me mira y yo la miro. Está en mi corazón y se encuentra en el cielo. Me revela las Escrituras, aporta el conocimiento y enseña misterios indecibles.
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team