Sábado, 11 De Enero : San Carlos de Foucauld
“El amigo del esposo, que está allí y lo escucha, se llena de alegría al escuchar su voz” (Jn 3,29). Tendría que decir estas palabras cada vez que escucho un texto inspirado, ya sea de un Salmo, del Evangelio en particular, el Padre Nuestro, el Ave María, u otro escrito inspirado. Es la voz del Espíritu Santo que habla, cada vez que los leo o los escucho. Debo decir entonces con las palabras del Evangelio de san Juan: “Por eso, mi alegría es ahora perfecta” (Jn 3,29). ¡Tengo que estar en esa jubilación cada vez que escucho, leo o recito algún escrito, aunque sea breve, de la Palabra del Esposo, tan apasionadamente amado!… Es en esa jubilación, en ese transporte de amor en que me sumerge la voz del Esposo, que tengo que recitar el Oficio Divino, decir el rosario, leer la Santa Escritura… ¿Amamos, respetamos, admiramos, adoramos, la Palabra escrita u oral del que amamos?… ¡Adoremos, abrasemos, amemos, veneremos, la Palabra del Amado de nuestro corazón!
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team