Viernes, 25 De Marzo : Carta a los Hebreos 10,4-10.
Hermanos: Es imposible que la sangre de toros y chivos quite los pecados.
Por eso, Cristo, al entrar en el mundo, dijo: “Tú no has querido sacrificio ni oblación; en cambio, me has dado un cuerpo.
No has mirado con agrado los holocaustos ni los sacrificios expiatorios.
Entonces dije: Aquí estoy, yo vengo -como está escrito de mí en el libro de la Ley- para hacer, Dios, tu voluntad.”
El comienza diciendo: Tú no has querido ni has mirado con agrado los sacrificios, los holocaustos, ni los sacrificios expiatorios, a pesar de que están prescritos por la Ley.
Y luego añade: Aquí estoy, yo vengo para hacer tu voluntad. Así declara abolido el primer régimen para establecer el segundo.
Y en virtud de esta voluntad quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre.
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