Domingo, 7 De Enero : San Cirilo de Jerusalén
Al ser bautizado Cristo, el Espíritu Santo descendió para que no quedase oculta la dignidad del que se bautizaba, según la afirmación de Juan “El que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo” (Jn 1,33). ¿Qué dice el Evangelio? “Se abrieron los cielos”. Se abrieron por la dignidad del que descendía. “Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él” (Mt 3,16). Es evidente que descendió por su propio movimiento. Era conveniente (…) que las primicias y los dones del Espíritu Santo que se otorgan a los bautizados, se mostrasen primero en la humanidad del Salvador, que es el que confiere esta inmensa gracia. El Espíritu Santo descendió en forma de paloma y, según se dice, la paloma es modelo de pureza, inocencia y sencillez. El Espíritu descendió intercediendo con sus oraciones, a favor de los nuevos hijos de Dios y por el perdón de sus pecados (cf. Rm 8). (…) Una imagen de esa paloma venía prefigurada por aquella que se menciona en la historia de Noé (Gn 8,8 ss.). En aquellos tiempos, a través de la madera y el agua, llegó a los hombres la salvación y el comienzo de una nueva generación. Igual que la paloma volvió a Noé al atardecer, llevando un ramo de olivo (Gn 8,11), así, en el bautismo el Espíritu Santo descendió hacia el nuevo Noé, autor de la nueva humanidad. Llevaba con él hacia la misma barca, a todas las especies. (…). La paloma espiritual descendió en tiempos del bautismo de Cristo, para mostrar que es él el que salva a los creyentes con el leño de la cruz, y más tarde, con su muerte, da la salvación a la humanidad.
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team