Lunes, 17 De Julio : Santa Hildegarda de Bingen
[Santa Hildegarde presenta una visión en la que vicio y virtudes se responden] -La cobardía: “No tomaré ningún riesgo, por miedo a ser exiliada y privada de protector. Si me expusiera a las ofensas de los otros, perdería mis medios de existencia y sería privada de mis amigos. Honro a nobles y ricos, no me ocupo de los santos y pobres, porque no pueden darme nada. Quiero estar en paz con todos para no arriesgarme a perecer. Si combatiera, me responderían, si hiciera mal, me harían más todavía. Por eso me quedo tranquila: me hagan bien o mal, me quedo callada. Es mejor para mí mentir que decir la verdad, mejor ganar que perder y evitar a los fuertes que combatirlos. ¿Para que empezar lo que no podré terminar? (…)” -Valor o coraje: “Divagando, embrutecido por el miedo, partiste en exilio y has engañado al hombre…No tienes honestidad. Yo tengo la espada de las virtudes de Dios con la que destruyo las injusticias… No quiero una vida estancada en el lodo y las vanidades del mundo, sino deseo venir al manantial que fluye… Combato a la vieja serpiente y sus restos, con el misterio de la Divina Escritura, para permanecer en el Dios verdadero…” La cobardía sigue a la dureza como una desagradable mancha. El hombre cobarde no quiere oponerse a los vicios, sino que los atrae por su pereza. Los cobardes, en su insignificancia, se creen honestos. En realidad aman la pereza, no piensan en hacer ningún bien sino que se vuelven hacia la murmuración. Se pegan cobardemente a las insinuaciones y calumnias y las agrandan, al punto que eso ocupa sus corazones. Cambian por el propio placer, la confianza que tendrían que tener en la ayuda de Dios y de los hombres.
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