Martes, 1 De Octubre : San Juan Bosco
Es más fácil ponerse en cólera que soportar, amenazar al niño que persuadirlo. Diría mismo que nuestra impaciencia y nuestro orgullo se sienten mejor imponiendo castigos a los recalcitrantes, en vez de enderezarlos con firmeza y soportarlos con dulzura. Sin embargo, es la caridad de Pablo la que les recomiendo. La caridad que tenía con los convertidos recientes, yendo hasta las lágrimas y la súplica cuando los encontraba poco dóciles o inaccesibles a su amor. Pongan atención en no actuar impulsivamente. Al castigar, es difícil de conservar el equilibrio para que no crean que actuamos por autoritarismo o porque damos curso a nuestro enojo. Miremos a nuestros jóvenes como hijos sobre los que tenemos que ejercer la autoridad. Hagámonos sus servidores, exactamente como Jesús, que vino para obedecer y no para mandar. No tengamos vergüenza de dominar a su manera, sólo dominemos para servir. Así actuaba Jesús con los discípulos, que eran ignorantes y groseros. Más aún, los sostenía cuando no eran suficientemente fieles y mostraba bondad y amistad de familia con los pecadores. Tanto, que ciertas personas estaban estupefactas, otras escandalizadas y, muchas al fin, volvían esperando el perdón de Dios. Por eso, él nos ha pedido ser mansos y humildes de corazón.
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team