Miércoles, 13 De Septiembre : Simeón el Nuevo Teólogo
¡Ay de los que guardan sus riquezas en depósitos! ¡Ay de los que quieren recibir su gloria de los hombres! ¡Ay de los que se quieren estar entre los ricos en vez de desear la gloria de Dios, la riqueza de Dios, y desear estar unidos a él y nada más, porque vano es el mundo y todo lo que está en el mundo, sólo será vanidad de vanidades. (…) ¡Ay, mi alma, a los que desean la gloria de los hombres, ya que serán privados de la gloria de Dios! ¡Ay, mi alma, a los que ponen en el hombre su esperanza, ya que el hombre morirá, y con él sus expectativas!(…) ¡Dime, mi alma, por qué estás triste, si buscas los bienes de esta vida! Respóndeme y te enseñaré la utilidad de cada uno, déjate instruir, aprende lo que hay de bueno en cada uno. Dime, ¿quieres ser glorificada, quieres ser alabada? Escucha lo que es el honor y lo que es el deshonor. El honor, es honorar todos los seres, pero a Dios más que a todos. Es ganar sus mandamientos como única riqueza y por ellos sufrir las injurias, los insultos, por ellos soportar toda suerte de ultrajes. Mi alma, cuando en alguna ocasión te has esforzado en honorar a Dios, en glorificarlo, y por eso fuiste ultrajado, despreciado, es entonces que has obtenido el honor y la gloria que permanecen. La gloria de Dios no cesará de venir sobre ti, los ángeles te alabarán, ya que habrás honorado a Dios, ese Dios que los mismos ángeles cantan.
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team