Sábado, 14 De Septiembre : Monasterio Santa Catalina del Monte Sinaí
¡Oh madero tres veces bienaventurado sobre el que fue extendido Cristo, Rey y Señor! ¡Madero por el que sucumbió el que había engañado a Adán, al ser clavado en su carne el que nos acorda la paz! ¡Madero tres veces bienaventurado, sobre el que fue fijado el Redentor en su carne, el Señor! ¡Por él pereció el que engañó a Adán desde un madero, haciéndolo desobedecer ¡ ¡Por el madero bienaventurado resucitó el que para nosotros ha devenido fuente de incorruptibilidad! Gracias a la cruz, has llamado del exilio a la raza de Adán, primer creado. Incorruptible en tu esencia, te has empobrecido voluntariamente. Tú, el impasible, Jesucristo, al asumir nuestra carne, has soportado los sufrimientos de la Pasión por nosotros. (…) Cuando fuiste elevado en la cruz, tú mismo has bañado en tu sangre al manto real, emblema de tu poder sobre todos los seres celestiales, terrestres y subterráneos. Esa cruz la habías portado sobre tus espaldas, haciendo de ella, para mí, surgir la Resurrección. Por tu naturaleza divina, has resucitado de entre los muertos, tú, el Poderoso, el Fuerte, y has anulado el reino de la muerte. Al descender cómo un mortal al sepulcro, Amigo del Hombre, retiraste de la corrupción toda la raza humana. Con fe, en nuestros himnos, proclamemos bienaventurada a la que no conoció esposo, la purísima Madre de Dios, que trajo al mundo al Maestro de todos, el que nos ha librado de la antigua condenación y nos acorda la paz.
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team