Sábado, 25 De Marzo : Santa Hildegarda de Bingen
¡Salve, Hija Generosa, Gloriosa, Inmaculada! ¡Pupila de castidad, sustancia de santidad, Placer de Dios! En ti se derramó la efusión celeste Con la que el Verbo soberano revistió la carne, en ti. Lis resplandeciente que Dios admiraba más que a otra criatura, Tú, la más bella y dulce, tú, en la que Dios encontró su complacencia Cuando puso en ti todo el ardor de su calor Para que, de ti, Su Hijo gustara la leche materna. Tu seno fue entonces pleno de alegría, Toda la sinfonía celeste resonó en ti. Virgen, tú portabas al Hijo de Dios y tu pureza fue magnificada en Dios. Tus entrañas se regocijaron Como hierba inundada de rocío, recibiendo de él su verdor. ¡Así advino en tu seno, Madre de toda alegría! ¡Que la Iglesia resplandezca de alegría y resuene en armonía Cantando a la tan dulce Virgen, Madre admirable, la Madre de Dios! Amén.
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