Martes, 11 De Marzo : San Juan Casiano
[En la oración del Padre Nuestro] la tercer demanda de los hijos es “¡Qué su voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo!” Que la tierra merite de ser igualada al cielo es llevar a lo más alto la oración. Decir “¡Qué su voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo!” es como pedir que los hombres sean semejantes a los ángeles. Como esos espíritus bienaventurados hacen en el cielo la voluntad divina, sobre la tierra los hombres también la harán. Podrá hacer una oración del fondo de corazón solamente el que cree que Dios dispone todo en este mundo, alegrías y penas, para nuestra ventaja. Vela con más solicitud para la salvación e intereses de los que son a él, que lo que podemos nosotros mismos. Podemos también comprender esta demanda, en el sentido que la voluntad de Dios es “que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tm 2,4). El profeta Isaías habla de esta misma divina voluntad, cuando en el nombre de Dios Padre, expresó “Mi designio se cumplirá y haré todo lo que me agrade” (Is 46,10). Demandar “¡Qué su voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo!” es, con otros términos, formular esta oración: “Igual que los que están en el cielo, que los que están sobre la tierra, oh Padre, sean salvados por el conocimiento de su Nombre”.
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team