Viernes, 8 De Diciembre : San Claudio de la Colombière
El día de la Inmaculada Concepción d la Santa Virgen, resolví abandonarme a Dios. Él está siempre en mí, en quién soy y en lo que vivo. No me tiene que afligir mi conducta, exterior o interior, ya que reposo tiernamente entre sus brazos. Temores, tentaciones o ilusiones. Prosperidad o adversidad, malas inclinaciones o faltas. Dios conducirá todo con su bondad y sabiduría infinita, de tal forma que todo contribuirá a su gloria. No desear ser amado o sostenido por nadie, querer sólo en él tener padre, madre, hermanos, amigos, y todo lo que despierta en mí sentimientos de ternura. Me parece que estaré tan a gusto en su seguro y tierno refugio, que no debo temer a los hombres, los demonios o a mí mismo. Ni temer a la vida o a la muerte. Si Dios me sostiene yo ya soy feliz. Creo que encontré el secreto para vivir contento y, desde ahora, lo que temía en la vida no me debe más dar miedo.
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