Viernes, 9 De Junio : San Cirilo de Jerusalén
Recuerda lo que dije acerca de la presencia del Hijo, sentado a la derecha del Padre, porque así afirma el Símbolo: “subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre”. (…) El profeta Isaías que había visto ese trono, antes de la presencia del Salvador en la carne, dijo: “Vi al Señor sentado sobre un trono muy elevado” (Is 6,1). Pero como “Nadie vio nunca al Padre” (cf. Jn 1,18; 1Tm 6,16), el personaje que apareció entonces al profeta era el Hijo. El salmista también dice: “Tu trono está firme desde siempre, tú existes desde la eternidad” (Sal 93,2). Los testimonios son muchos (…): “Dijo el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi derecha, mientras yo pongo a tus enemigos como estrado de tus pies” (Sal 110,1). El Señor en el Evangelio, reforzando esta palabra, revela que David no la pronunció de él mismo sino bajo la inspiración del Espíritu Santo. Jesús dijo: “¿Por qué entonces, David, movido por el Espíritu, lo llama “Señor”, cuando dice: “Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies”? Si David lo llama “Señor”, ¿cómo puede ser hijo suyo?” (Mt 22,43-45). En los Hechos de los Apóstoles, el día de Pentecostés, Pedro con los Once, discutía con los israelitas, citando las mismas palabras del Salmo 110 (cf. Hech 2,34). (…) Seguramente existen otros testimonios sobre la permanencia del Hijo Único a la derecha del Padre, por el momento retengamos los precedentes. Recordemos una vez más que no entró en posesión de esta dignidad luego de su venida en la carne, sino antes de todos los siglos. Él, engendrado de Dios, el Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, desde siempre posee el trono a la derecha del Padre.
Lecturas Católicas Romanas – rosary.team